miércoles, 30 de julio de 2014

Reflexiones de Antonio Aramayona

en el Huffington Post.

  • Saber, en esencia, es saber pensar, y no simplemente saber cosas o datos.
  • Pensar es siempre una acción personal (personal no equivale a individual o aislada), que emerge desde el interior de y se sumerge dentro de cada uno. Saber no equivale a memorizar. De hecho, olvidamos casi todo, una vez que hemos hecho y superado el examen.
  • Se aprende a pensar o no se aprende nada. Se enseña a pensar o no se enseña nada.
  • Para aprender algo hay que entenderlo previamente. Para entender algo, hay que atender previamente a ese algo. No se atiende realmente si no hay interés por ese algo, si no resulta interesante. Poco o nada es interesante, si no tiene su origen y a la vez no desemboca en el gusto, en el placer, en el disfrute.
  • El placer de saber y de aprender puede llegar a ser a veces inseparable amigo del esfuerzo. El placer de saber puede anhelar a veces lo difícil y lo costoso, en lugar de los caminos trillados y los horizontes planos.
  • ¿Por qué muchas de las horas de clase suelen ser a veces tan mortalmente aburridas?